Habría que preguntarse para que hacer un reboot, siempre lo he dicho, igual que en los remakes y al parecer en Hollywood nadie se hace esa pregunta. Nunca.  Esta nueva entrega de Hellboy que parte desde cero y comienza nuevamente para mostrar la historia del anti héroe, un demonio mitad humano que fue criado por un policía, ahora debe de salvar al mundo de los mortales.
Seguro que Neil Marshall quiso hacer una versión más oscura de la película y mucho más gore y también dirigida a un público mayormente adulto, por la cantidad de groserías que dice el anti héroe y las escenas en donde abundan los desmembramientos pero no, no basta con escupir malas palabras y cortar en pedazos a los malos para que una película sea considerada como oscura.

De hecho la historia se siente floja, tiene demasiados diálogos explicativos que son innecesarios.  No se establece una atmósfera, no hay una progresión dramática en toda la película, luce como un rompecabezas mal armado. Aunque fantástica,  es inverosímil. La relación entre Hellboy y su padre, se nota irreal. Los efectos especiales son muy pobres, salvo los monstruos de la parte final.
Las actuaciones no son lo mejor, David Harbour lo intenta, pero con ese traje tan pesado y desproporcionado no puede hacer nada. Es toda una botarga, y eso le impide actuar. El caso de Milla Jovovich es similar, aunque es una actriz con presencia, no tiene elementos con que actuar. Parte del problema está en el guion, pero también en la dirección.       

El tono de la película es igual que en las dirigidas por Del Toro, en realidad, nunca logra desmarcarse de ellas. Parece que vemos una mala secuela. Sin embargo,  Del Toro sí creo atmósferas, creó todo un mundo verosímil dentro del universo de HellBoy. Detalló y representó a los personajes de una mejor forma, les dio carácter y sus películas llevan una mejor narrativa visual.
Tal vez la mejor parte de esta película, sea aquella en donde salen unos monstruos del averno. En verdad ese trabajo de diseño de personajes y el CGI lucen realmente bien. Pero todo se acaba muy rápido y el trabajo que se esperaba de Marshall nunca se vio. Y hablamos del director de El descenso(2005), en donde logra integrar una buena historia, actuaciones y una buena cinematografía creando el tono adecuado para una cinta entre el suspenso y el terror.           

Seguramente la asignación de un presupuesto bajo y problemas dentro de la producción pudieron contribuir al resultado, pero la falta de un montaje adecuado y de una propuesta real de estos personajes icónicos del cómic, sin duda es un desacierto completo para la carrera de Marshall.