Las películas de Rocky se caracterizaron siempre por mostrar la clásica formula del camino del héroe que viene desde abajo y debe sacrificarlo todo para lograr su sueño. Siempre se trató de los combates. Y de un solo lado de la moneda, salvo en los entrenamientos épicos de ambos contrincantes.

Creed II no trata sobre el combate (si bien son muy buenos).  El director Steven Caple Jr. (The Land2016) prefiere meter al espectador en las entrañas de cada uno de los protagonistas. Permite empatizar con cada uno de ellos y así consigue una telaraña de emociones en torno a los personajes.

Iván Drago y su hijo Víctor, quienes han vivido bajo la sombra de la derrota contra Balboa, están listos para enfrentar a Adonis Creed (Michael B. Jordan) tras muchos años de preparación, así que sin nada más que perder, es inevitable que los Drago reten al campeón.

Al principio se ve lo que parece el viejo recurso en donde el campeón se empecina en defender el título y su maestro se opone y no lo apoya. Algo que ya se ha visto en películas como Karate Kid III(1989). Pero la película se va desarrollando de una manera estoica al mostrar la inferioridad de Creed ante Víctor y vemos como la decisión de vengar a su padre Apollo, lo deja en la lona y seriamente herido.

Adonis queda lleno de resentimiento, odio e impotencia. La desgracia llega a su vida de diferentes formas. Caple hace partícipe al espectador de la pena de Creed, hace que la entienda, la sufra, para que cuando Creed se levante, el espectador se levante con él.

Las actuaciones de Dolph Lundgren (Iván) y Florian Munteanu (Víctor) se llevan la cinta (por encima de la de Stallone), especialmente porque con una cuantas líneas de dialogo y nada más que miradas, logran que el espectador sienta empatía y mucha pena por ellos. Sabiendo la historia que llevan a cuestas, la derrota de Iván, el abandono de su madre y el repudio de todo su país.

A un grado en que, en la pelea final, no se sabe si apoyar a Creed o a Drago. Y eso es algo que ninguna película precedente del universo Rocky había conseguido. Desde luego que todo está orquestado así por el director. No solo vemos la desgracia de Creed, sino la de los Drago e incluso la que significa para Balboa el no poder ver a su nieto.

La última parte de la película y por ende su clímax, es una serie de sentimentalismos al mejor nivel de las películas ochenteras estadounidenses, pero la película es tan bien lograda que su tema principal deja de ser la pelea, lo importante de ella son las vidas de los protagonistas (todos). Y la pelea final solo es un instrumento para que haya catarsis entre los personajes y, desde luego en el espectador, quien a estas alturas, debe estallar en llanto o por un bando o por otro.

Steven Caple Jr. Logra lo que muy contadas películas de peleas antes lograron y deja en la lona al espectador pero con un buen sabor de boca. Eso es Creed II.